domingo, 9 de mayo de 2010

MADRES ANCASHINAS: PASADO Y PRESENTE

Desde los tiempos antiguos la presencia de la mujer ancashina ha sido una constante en su historia. Allí está Quispe Sisa (Flor de Diamante), la Inés Huaylas Ñusta de Francisco Pizarro, quien se sacrificó en vano pensando que con su matrimonio forzado podía salvar la vida de su hermano el Inca Atahuallpa.

Gracias al empeño de la mujer ancashina es que Huarás tiene bien ganado el nombre de "Muy generosa ciudad", pues fueron ellas quienes sugirieron a sus esposos quitar el hierro de ventanas y antepechos para forjar herrajes y balas y ellas mismas cortaron sus cortinas y sábanas para hacer uniformes y vendas.

Ancash tiene su principal heroína en doña María Maguiña, quien en 1854 levantó al pueblo huarasino a favor de la revolución de don Ramón Castilla, impidiendo que los reclutas huarasinos vayan a servir a órdenes del repudiado presidente Echenique.

Heroicas mártires anónimas fueron las valientes mujeres huarasinas que se enfrentaron a las huestes chilenas en junio de 1883 y fueron masacradas en Quenash, hoy Jirón José Olaya. Ellas defendieron la ciudad pues sus esposos se encontraban en Yungay integrando el Ejército del Norte que tuvo notable participación en la batalla de Huamachuco.

En 1885 surge la figura de María Fernanda Yauri, esposa de Pedro Pablo Atusparia, quien se convierte en la más fiel consejera del líder de la Revolución Campesina. Gracias a ella se deben las sabias decisiones de impedir el saqueo de la ciudad de Huarás y la de aplicar la benignidad con los vencidos.

A fines de dicho siglo, tenemos a la mujer intelectual. Teresa Gonzáles de Fanning, natural del Santa, autora de cuentos y novelas, quien convierte su vivienda en Lima, como el faro de la vida intelectual, en una época donde el papel de la mujer no era tomado en cuenta en el campo de las letras.

Iniciado el siglo XX, nace en Huarás Sara Colonia Zambrano, la misma que con el correr del tiempo se convertiría en la muy querida Sarita Colonia, patrona de los desposeídos. Santa representativa de los provincianos que van a la capital en busca de un futuro mejor.

La mujer ancashina destaca con mucho brillo en el campo de la educación, donde preceptoras de la talla de Felícitas Alzamora, Carmen Silva, Honorata Castillo y tantas otras, como la desaparecida maestra carhuasina Delia Figueroa Alvarado, han sabido sacar lustre a esta dignísima profesión.

Entre las luchadoras sociales, brilla con luz propia una mujer campesina. A mediados del siglo XX se hace notar la presencia de Cayetana Ferrer, lideresa de la comunidad campesina de Ecash, en Carhuás, quien es recordada con su bastón al mando de numerosas huestes defendiendo los fueros de la comunidad ante los abusos de los mishtis y los designios del por entonces oficialista Sinamos.

Finalmente, en el campo del arte, no podemos dejar de mencionar a la inolvidable María Alvarado Trujillo, la sin par “Pastorita Huarasina” quien con su inconfundible voz, llevó la música regional ancashina a todos los rincones del país y supo dejar muy en alto el nombre del departamento de Ancash en el extranjero: Corea, Japón, Estados Unidos y toda Europa, lugares a donde paseó su arte.

Mujeres ancashinas las de hoy, tan heroicas y abnegadas como sus antepasadas, que con su esfuerzo e indeclinable amor, van forjando la grandeza de nuestra región.
En este día tan especial, mi aprecio a todas ustedes, madres heroicas, madres sublimes. José A. Salazar Mejía

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