El año 2011 no sólo marca el comienzo de una nueva década. Es el punto de partida de nuevos retos que tenemos que afrontar como periodistas. Quizás el más importante signifique el hallazgo de respuestas que hagan cambiar las ideas obtusas de quienes se empecinan en recortar el derecho ciudadano a la libertad de expresión. Esto, paradójicamente, cuando se habla globalmente del siglo de la información y el conocimiento. La intolerancia de los corruptos, la equivocada interpretación de la ley y la siniestra presencia del crimen organizado son los factores que sustentan esta preocupación.
Paralelamente, estamos en el deber de despejar todo tipo de dudas respecto al trabajo ético que nos corresponde en condiciones de libertad y responsabilidad. No existe democracia alguna donde haya un periodismo al servicio de la sociedad si no cuenta con las garantías que otorga la libertad. No puede asumirse la responsabilidad de informar con la verdad si de por medio se encuentran elementos que obstaculizan el buen trabajo de tan noble profesión.
Estos y otros retos son los que observa la Asociación Nacional de Periodistas del Perú y que no se pueden eludir por la simple costumbre de dejar hacer, dejar pasar. Tenemos que poner alto a todo lo que signifique peligro o impedimento al ejercicio de la profesión.
A la histórica ANP le corresponde, por eso, levantar la voz de alerta, más aún cuando nuestro país ha ingresado, con el cambio de milenio, en un nuevo modo de organización social que se encuentra vinculado a una revolución tecnológica, con su epicentro en las tecnologías de la información y comunicación. Reitera e insiste que todos los periodistas, unidos en un solo puño, tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para defender el derecho del pueblo peruano a la información. La globalización de la economía, la virtualización de la cultura, el desarrollo de redes horizontales de comunicación interactiva, la constitución gradual de la sociedad-red como nueva estructura social son las más claras manifestaciones de esta transformación que está repercutiendo en el presente con proyección hacia el futuro de nuestra patria.
Para nuestro gremio existe una realidad socioeconómica que convive con una realidad de violencia, que sumadas hacen más difícil la tarea de informar con la verdad. Por eso ahora necesitamos más que nunca del esfuerzo supremo para dar un paso hacia adelante que nos permita fortalecer nuestro derecho democrático a la palabra, rechazando las pretensiones de quienes, desde el poder económico y el poder político, desean su debilitamiento y le niega a las instituciones verdaderamente representativas de los periodistas su capacidad de interlocución. La consigna de unir todas nuestras fuerzas y todas nuestras voluntades es perentoria hoy más que nunca.
La Asociación Nacional de Periodistas del Perú va camino a los 83 años de permanente y constante trabajo gremial. Sus miles de afiliados saben que no existe lugar para la fatiga. Quienes están en el camino trazado por los fundadores persisten con la misma grandeza moral de siempre en esta tarea de defender el derecho a la libertad de expresión y trabajo digno para los comunicadores. En esta coyuntura de la realidad nacional, ahora nos corresponde exhortar a todas nuestras asociaciones provinciales, departamentales y regionales, a trabajar por el fortalecimiento de un gremialismo capaz de pensar y responder no sólo a sus problemas, sino a los problemas de toda la sociedad y el Estado. Este año será, pues, un tiempo nuevo para desarrollar un gremialismo de avanzada, que vaya más allá de lo reivindicativo a mejores expresiones del desarrollo social y económico de la persona humana, vale decir un desarrollo integral. Que haga ver que existimos como fuerza institucional y que, al mismo tiempo, somos participantes activos de una democracia que se nutre y alcanza vitalidad por la presencia de los trabajadores en forma plural y democrática.
¡Recibamos el 2011 con fe en nuestra fuerza gremial!.
Presidente ANP
Zuliana Lainez Otero
Secretaria general ANP
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