Este 22 de abril se celebra El Día de la Tierra. Para nosotros, los descendientes de la gran cultura andina, la fecha toma una connotación especial, pues es el día de la patsa mama, nuestra madre tierra; y para quienes pertenecemos al proyecto político de “Tierra y Libertad” merece una profunda reflexión sobre la realidad en que se encuentra nuestro planeta.
La tierra el hogar en que vivimos los humanos desde hace unos cuatro millones de años, nos cría y nos sustenta, pero en su camino al llamado progreso, la humanidad no ha considerado que la tierra es un organismo vivo y que necesita también de cuidados. Amparado en criterios economicistas que sustentan el pensamiento capitalista, el hombre ha depredado a la madre tierra y los últimos cincuenta años se vienen notando sus consecuencias: sobreexplotación de recursos naturales, deforestación, calentamiento global y crisis alimentaria.
Las grandes potencias han traído la destrucción a la tierra y la van a llevar a su aniquilación total si siguen desoyendo sus protestas y las protestas de sus hijos que como nosotros los andinos, tenemos otra visión del desarrollo.
“Tierra y Libertad” surge en el Perú como un movimiento político destinado a defender a la Tierra ante la depredación que viene sufriendo. El Perú que es un país tan rico en ecosistemas debe de preocuparse por preservarlos. Pero no, el actual gobierno, como sus antecesores, no duda en vender nuestros recursos al mejor postor sin importarle el futuro de las nuevas generaciones; y no dicta leyes que defiendan a la Tierra.
Y esto es lo que queremos denunciar este 22 de abril, Día de la Tierra. La presencia de empresas mineras en nuestro suelo viene generando una serie de problemas que debemos señalar: contaminación ambiental, grave riesgo a la salud, despojo a las comunidades, corrupción a las autoridades y graves alteraciones en nuestros ecosistemas.
La preocupación es mayor cuando se anuncia la apertura de nuevas explotaciones mineras en Ancash con las mismas facilidades que se otorgaron a las ya existentes: la explotación a tajo abierto y el uso de cianuro y mercurio, que están prohibidos en la mayoría de países.
No nos oponemos a la minería, exigimos nuevas leyes, mayores controles y el uso de tecnología de punta que reduzca los impactos negativos a la Tierra. Sabemos que eso requiere mucha inversión pero ese costo deben asumirlo las empresas mineras y no el pueblo, quien sufre las consecuencias de la contaminación.
En este 22 de abril, Día de la Tierra, nos reafirmamos en nuestra lucha en defensa de la Tierra. Convocamos a los ciudadanos de buena voluntad a incorporarse a nuestro esfuerzo y a trabajar indesmayablemente por dejar a las nuevas generaciones una Tierra donde se pueda vivir con Libertad. Por José Salazar Mejía
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